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La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz están luchando por un Nuevo Camino Hacia Adelante que proteja nuestras libertades fundamentales, fortalezca nuestra democracia y garantice que cada persona tenga la oportunidad no solo de sobrevivir, sino de salir adelante. Como fiscal, fiscal general, senadora y ahora vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris siempre ha defendido a los estadounidenses de depredadores, estafadores e intereses especiales. Promete ser una presidenta para todos los estadounidenses, una presidenta que nos una en torno a nuestras más altas aspiraciones y una presidenta que siempre luche por todos los estadounidenses. Desde el juzgado hasta la Casa Blanca, ese ha sido el trabajo de su vida.
La vicepresidenta Harris creció en un hogar de clase media como hija de una madre trabajadora. Ella cree que cuando la clase media es fuerte, Estados Unidos es fuerte. Es por eso que, como presidenta, Kamala Harris creará una economía de oportunidades en la que todos tengan la oportunidad de competir y tener éxito, ya sea que vivan en un área rural, un pueblo pequeño o una gran ciudad.
La vicepresidenta Kamala Harris ha dejado claro que el desarrollo de la clase media será un objetivo clave de su presidencia. Es por eso que hará que sea una prioridad reducir los costos y aumentar la seguridad económica para todos los estadounidenses. Como presidenta, luchará para reducir los impuestos para más de 100 millones de estadounidenses de clase media y trabajadora, al mismo tiempo que reducirá los costos de las necesidades cotidianas como la atención médica, la vivienda y los comestibles. Reunirá a los sindicatos y a los trabajadores, a los propietarios de pequeñas empresas, a los empresarios y a las empresas estadounidenses para crear empleos bien remunerados, hacer crecer la economía y garantizar que Estados Unidos siga liderando el mundo.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz creen que las familias trabajadoras merecen un respiro. Es por eso que, bajo su plan, más de 100 millones de trabajadores y estadounidenses de clase media recibirán un recorte de impuestos. Lo harán restaurando dos recortes de impuestos diseñados para ayudar a la clase media y a los trabajadores estadounidenses: el Crédito Tributario por Hijo y el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo. A través de estos dos programas, millones de estadounidenses pueden conservar una mayor parte de sus ingresos ganados con tanto esfuerzo. También ampliarán el Crédito Tributario por Hijo para otorgar un recorte de impuestos de $6.000 a las familias con niños recién nacidos. Piensan que ningún niño en Estados Unidos debería vivir en la pobreza, y estas acciones tendrían un impacto histórico.
A diferencia de Donald Trump, la vicepresidenta Harris y el gobernador Walz están comprometidos a garantizar que nadie que gane menos de $400.000 al año pague más en impuestos. Creen que necesitamos trazar un nuevo camino a seguir hacia adelante, haciendo que nuestro sistema tributario sea más justo y priorizando la inversión y la innovación. Se asegurarán de que los estadounidenses mas ricos y las corporaciones más grandes paguen lo que les corresponde, lo que les corresponde, para que podamos tomar medidas para fortalecer la clase media y reducir el déficit. Esto incluye revertir los recortes de impuestos de Trump para los estadounidenses más ricos, promulgar un impuesto mínimo para multimillonarios, cuadruplicar el impuesto sobre la recompra de acciones y otras reformas para garantizar que los multimillonarios jueguen con las mismas reglas que la clase media. Según su plan, la tasa impositiva sobre las ganancias de capital a largo plazo, para aquellos que ganan un millón de dólares al año o más, será del 28 por ciento, porque cuando el gobierno fomenta la inversión, conduce a un crecimiento económico de base amplia y crea empleos, lo que fortalece nuestra economía.
La vicepresidenta Harris siempre ha defendido a los inquilinos y propietarios de viviendas: como fiscal general de California, se enfrentó a los grandes bancos para obtener $20 mil millones para las familias de clase media que enfrentaban ejecuciones hipotecarias y ayudó a aprobar una declaración de derechos de los propietarios de viviendas, una de las primeras de su tipo en la nación.
La vicepresidenta Harris sabe que un hogar es mucho más que una casa: representa seguridad financiera y una oportunidad para generar riqueza intergeneracional. Pero para demasiados estadounidenses, ser propietario de una vivienda está demasiado lejos de su alcance. La vicepresidenta Harris ha presentado un plan integral para construir tres millones de unidades de alquiler y viviendas asequibles para, en su primer mandato, poner fin a la crisis nacional de suministro de viviendas. También reducirá la burocracia para asegurarse de que construyamos más viviendas, más rápido y se penalice a las empresas que acaparan casas disponibles para aumentar los precios para los compradores locales. La vicepresidenta Harris sabe que el alquiler es demasiado alto y firmará una ley para prohibir nuevas formas de manipulación de precios por parte de los propietarios corporativos.
A medida que se construyan más viviendas nuevas y aumente la oferta de viviendas asequibles, la vicepresidenta Harris otorgará a los compradores de vivienda por primera vez hasta $25.000 para ayudarlos con sus pagos iniciales, con un apoyo más generoso para los propietarios de primera generación. Esto ayudará a más estadounidenses a experimentar el orgullo de ser propietario de una vivienda y la seguridad financiera que esto representa y brinda, ofreciendo a más estadounidenses un camino hacia la clase media y oportunidades económicas.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz saben que las pequeñas empresas, tiendas locales, nuevas empresas de alta tecnología, pequeños fabricantes y más, son los motores de nuestra economía. Al igual que lo hizo como senadora y vicepresidenta, Kamala Harris siempre apoyará a los pequeños negocios e invertirá en los emprendedores como presidenta.
Ha liderado los esfuerzos de la administración Biden-Harris para aumentar el acceso al capital para las pequeñas empresas y llevar el capital de riesgo a partes del centro de Estados Unidos que durante demasiado tiempo se han pasado por alto, impulsando un récord de 19 millones de nuevas solicitudes comerciales, triplicando los préstamos de la Administración de Pequeños Negocios a negocios de propiedad de afroamericanos y más del doble de préstamos pequeños a negocios propiedad de latinos y mujeres. También ha defendido la expansión de los contratos federales para los pequeños negocios propiedad de comunidades minoritarias.
Como parte de su agenda de una economía de oportunidades, ha presentado un plan para ayudar a los pequeños negocios y emprendedores a innovar y crecer. Se ha fijado un ambicioso objetivo de 25 millones de nuevas solicitudes empresariales para el final de su primer mandato, más de 10 millones más de los que Trump supervisó durante su mandato. Para ayudar a lograr esto, ampliará la deducción de impuestos por gastos de inicio para nuevas empresas de $5.000 a $50.000 y se enfrentará a los obstáculos cotidianos y la burocracia que pueden dificultar el crecimiento de una pequeña empresa. Ella impulsará el capital de riesgo hacia el talento que existe en todo nuestro país, incluso en las áreas rurales, y aumentará la proporción de dólares de contratos federales que se destinan a los pequeños negocios.
Como fiscal general de California, Kamala Harris se enfrentó a los grandes bancos para lograr resultados para los propietarios de viviendas, defendió a los veteranos y estudiantes que eran estafados por universidades con fines de lucro y luchó por los trabajadores y las personas mayores que fueron timados.
Como presidenta, ordenará a su Administración que tome medidas enérgicas contra las prácticas anticompetitivas que permiten que las grandes corporaciones aumenten los precios y socaven la competencia que permite que todas las empresas prosperen, mientras mantienen los precios bajos para los consumidores. Y perseguirá a los malos actores que explotan una emergencia médica para estafar a los consumidores, al pedir la primera prohibición federal contra el aumento abusivo de precios de alimentos y comestibles por parte de las empresas, que se basará en los estatutos contra el aumento abusivo de precios que ya están vigentes en 37 estados.
Al igual que lo hizo como vicepresidenta, se enfrentará a las grandes farmacéuticas para reducir los precios de los medicamentos y limitar los costos de la insulina, no solo para las personas mayores, sino para todos los estadounidenses. Y seguirá luchando para reducir los costos de los medicamentos recetados enfrentándose a los intermediarios farmacéuticos, que aumentan los precios de los consumidores para su propio beneficio y exprimen las ganancias de las farmacias independientes.
Como fiscal general de California, Kamala Harris se enfrentó a las compañías de seguros y a las grandes farmacéuticas y consiguió que redujeran los precios. Como senadora, luchó contra los intentos de Donald Trump de derogar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.
La vicepresidenta Harris hará que la atención médica asequible sea un derecho, no un privilegio, ampliando y fortaleciendo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio y haciendo permanentes las mejoras del crédito fiscal Biden-Harris, que están reduciendo las primas de atención médica en un promedio de aproximadamente $800 al año para millones de estadounidenses. Continuará los éxitos de la Administración Biden-Harris para reducir el costo de los medicamentos recetados que salvan vidas para los beneficiarios de Medicare, al extender el límite de $35 en insulina y el límite de $2.000 en gastos de bolsillo para todos los estadounidenses, no solo los adultos mayores. Su voto de desempate para la aprobación de la Ley para la Reducción de la Inflación le dio a Medicare el poder de enfrentarse cara a cara con las grandes farmacéuticas y negociar precios más bajos por los medicamentos. Como presidenta, acelerará las negociaciones para cubrir más medicamentos y reducir los precios para los estadounidenses. Como vicepresidenta, también anunció que la deuda médica se eliminaría de los informes crediticios y ayudó a cancelar $7 mil millones de deuda médica para 3 millones de estadounidenses. Como presidenta, trabajará con los estados para cancelar la deuda médica de aún más estadounidenses.
Y la vicepresidenta Harris ha encabezado los esfuerzos de la Administración para combatir la mortalidad materna. Las mujeres de todo el país están muriendo durante el parto a tasas más altas que en cualquier otra nación desarrollada. La vicepresidenta hizo un llamado a los estados para que amplíen la cobertura postparto de Medicaid de dos meses a doce: hoy, 46 estados lo hacen, esto en comparación con sólo tres estados que lo hacían cerca del inicio de la Administración.
La vicepresidenta Harris protegerá el Seguro Social y Medicare contra los implacables ataques de Donald Trump y sus aliados extremos. Fortalecerá el Seguro Social y Medicare a largo plazo al hacer que los millonarios y multimillonarios paguen su parte justa, lo que les corresponde, en impuestos. Siempre luchará para garantizar que los estadounidenses puedan contar con obtener los beneficios que se ganaron.
Trabajando con el presidente Biden, la vicepresidenta Harris ayudó a aprobar legislación histórica —la Ley Bipartidista de Infraestructura, la Ley CHIPS y Ciencia, la Ley para la Reducción de la Inflación y el Plan de Rescate Económico— que ha apoyado más de 60.000 proyectos de infraestructura, estimulado más de $900 mil millones en inversiones del sector privado y duplicado las inversiones en la construcción de nuevas instalaciones de fabricación. Esto ha incluido invertir miles de millones para ayudar a conectar a todos los estadounidenses a Internet accesible y asequible. Después de décadas de deslocalización, la manufactura está regresando en todos Estados Unidos, desde las principales ciudades hasta los condados rurales, creando empleos bien remunerados, incluidos empleos sindicalizados y empleos para aquellos sin títulos universitarios. Bajo la Administración Biden-Harris, se han creado más de 1,6 millones de puestos de trabajo en la fabricación y la construcción y los trabajadores estadounidenses están reconstruyendo las carreteras y puentes de nuestro país con materiales fabricados en Estados Unidos. Se han creado tres veces más empleos automotrices por mes bajo su supervisión que bajo la Administración Trump, incluso antes de la pandemia. Y con estas inversiones, la Administración Biden-Harris está demostrando cómo Estados Unidos puede estar a la altura de este reto y construir las industrias del futuro, al mismo tiempo que crea puestos de trabajo sindicalizados de alta calidad en las cadenas de suministro de vehículos eléctricos y baterías.
Como presidenta, Kamala Harris seguirá construyendo sobre el progreso de esta Administración para garantizar que las industrias y los trabajadores estadounidenses prosperen. La vicepresidenta Harris continuará apoyando el liderazgo estadounidense en semiconductores, energía limpia, inteligencia artificial y otras industrias de vanguardia del futuro. También luchará por los sindicatos, porque como vicepresidenta de la administración más pro- sindicato de la historia, sabe que los sindicatos son la columna vertebral de la clase media. Firmará una legislación histórica a favor de los sindicatos, incluida la Ley PRO para apoyar a los trabajadores que lo deseen a organizarse y negociar, y la Ley de Libertad de Negociación del Servicio Público para hacer que la libertad de los trabajadores del servicio público para formar sindicatos sea la ley del país. Durante su liderazgo como vicepresidenta, los sindicatos que representan a los trabajadores, desde los trabajadores automotrices hasta los conductores de camiones y los trabajadores de la salud, lograron aumentos salariales récord en medio de una creación de empleo récord con un claro apoyo al derecho a la negociación colectiva de la Casa Blanca. La vicepresidenta Harris no tolerará prácticas comerciales desleales de China o de cualquier competidor que socave a los trabajadores estadounidenses.
Luchará para aumentar el salario mínimo, poner fin a los salarios por debajo del mínimo para los trabajadores que reciben propinas y las personas con discapacidades, establecer licencias familiares y médicas pagadas, y eliminar los impuestos sobre las propinas para los trabajadores de las industrias de servicios y hospitalidad.
La vicepresidenta Harris luchará para asegurar que los padres puedan pagar el cuidado infantil y el preescolar de alta calidad para sus hijos. Fortalecerá la educación y la formación pública como camino hacia la clase media. Y continuará trabajando para poner fin a la carga irracional de la deuda de los préstamos estudiantiles y luchará para hacer que la educación superior sea más asequible, para que la universidad pueda ser un boleto a la clase media. Hasta la fecha, la vicepresidenta Harris ha ayudado a realizar la mayor inversión en educación pública en la historia de Estados Unidos, ha otorgado casi $170 mil millones en alivio de la deuda estudiantil para casi cinco millones de prestatarios y ha realizado inversiones récord en las universidades y colegios que históricamente sirven a los afroamericanos (HBCU, por sus siglas en inglés), colegios tribales, instituciones al servicio de los hispanos y otras instituciones que sirven a las comunidades minoritarias. Ayudó a más estudiantes a pagar la universidad al aumentar el monto máximo de la Beca Pell en $900, el mayor aumento en más de una década, e invirtió en los colegios comunitarios. Ha implementado políticas que han llevado a la contratación de más de un millón de aprendices registrados, y hará aún más para ampliar los programas que crean buenas trayectorias profesionales para aquellos sin titulación universitaria.
La vicepresidenta Harris emitió el voto decisivo sobre el Plan de Rescate Económico, que realizó inversiones históricas en la economía del cuidado. Como presidenta, luchará para reducir los costos de atención para las familias estadounidenses, incluso ampliando los servicios de cuidado a domicilio de alta calidad para personas mayores y personas con discapacidades y asegurando que las familias trabajadoras puedan pagar un cuidado infantil de alta calidad, al tiempo que garantiza que los trabajadores de atención reciban un salario digno y sean tratados con la dignidad y el respeto que merecen.
Como fiscal general, Kamala Harris logró decenas de millones en acuerdos contra las grandes petroleras y responsabilizó a los contaminadores. Como vicepresidenta, emitió el voto de desempate para aprobar la Ley para la Reducción de la Inflación, la mayor inversión en acción climática de la historia. Este trabajo histórico está reduciendo los costos de energía de los hogares, creando cientos de miles de empleos de energía limpia de alta calidad y construyendo una próspera economía de energía limpia, al tiempo que garantiza la seguridad e independencia energética de Estados Unidos con una producción de energía récord. Como presidenta, unirá a los estadounidenses para hacer frente a la crisis climática a medida que se basa en este trabajo histórico, promueve la justicia ambiental, protege las tierras y la salud públicas, aumenta la resiliencia a los desastres climáticos, reduce los costos de energía de los hogares, crea millones de nuevos empleos y continúa haciendo rendir cuentas a los contaminadores para garantizar aire y agua limpios para todos. Como dijo la vicepresidenta en la conferencia internacional sobre el clima, COP28, ella sabe que enfrentar este desafío global requerirá cooperación global y está comprometida a continuar y desarrollar el liderazgo climático internacional de Estados Unidos. Ella y el gobernador Walz siempre lucharán por la libertad de respirar aire limpio, beber agua limpia y vivir libres de la contaminación que alimenta la crisis climática.
La agenda de reducción de costos de la vicepresidenta Harris es un marcado contraste con los planes de Donald Trump de aumentar los precios, debilitar a la clase media, recortar el Seguro Social y Medicare, eliminar el Departamento de Educación y los programas preescolares como Head Start y poner fin a la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio. El Proyecto 2025 le daría un control sin precedentes para implementar su agenda destructiva, incluyendo más regalos fiscales a sus amigos multimillonarios y a las grandes corporaciones. Sus planes aumentarían los costos para las familias en al menos $3.900 dólares al año al imponer un impuesto a las ventas de Trump sobre los bienes cotidianos importados de los que dependen las familias estadounidenses, como la gasolina, los alimentos, la ropa y las medicinas. Trump aumentaría los alquileres y agregaría $1.200 dólares al año a la hipoteca típica estadounidense. Trump pidió a los ejecutivos de las grandes petroleras que le dieran dinero a su campaña para que pudiera revertir las regulaciones y reducir los impuestos para las grandes petroleras para aumentar sus ganancias, y los planes de Trump harían subir los precios de la gasolina. Los planes económicos de Trump también desencadenarían una recesión a mediados de 2025, le costarían a Estados Unidos más de 3 millones de empleos, amenazarían cientos de miles de empleos de energía limpia, aumentarían la deuda en más de 5 billones de dólares, dispararían la inflación y perjudicarían a todos, excepto a los estadounidenses más ricos.
La lucha de la vicepresidenta Harris por nuestro futuro es también una lucha por la libertad. En estas elecciones, muchas libertades fundamentales están en juego: la libertad de tomar tus propias decisiones sobre tu propio cuerpo sin interferencia del gobierno; la libertad de amar a quien amas abiertamente y con orgullo; y la libertad que abre paso a todas las demás: la libertad para votar.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz confían en que las mujeres tomen decisiones sobre sus propios cuerpos, y no en que el gobierno les diga qué hacer.
Donald Trump eligió a dedo a miembros de la Corte Suprema de Estados Unidos para eliminar la libertad reproductiva, y ahora alardea de ello. En sus propias palabras: “Lo hice y estoy orgulloso de haberlo hecho”. Incluso pidió que se castigue a las mujeres que abortan.
Desde que se revocó Roe v. Wade, la vicepresidenta Harris ha impulsado la estrategia de la Administración para defender la libertad reproductiva y salvaguardar la privacidad de pacientes y proveedores. Como gobernador, Tim Walz llevó a Minnesota a convertirse en el primer estado en aprobar una ley que protegía el derecho de la mujer a decidir tras la revocación de Roe. La vicepresidenta Harris ha viajado por todo el país y ha escuchado las historias de mujeres perjudicadas por las prohibiciones del aborto de Trump. Historias de parejas que intentan crear una familia, interrumpidas en medio de los tratamientos de fecundación in vitro (FIV). Historias de mujeres que abortan espontáneamente en estacionamientos, desarrollan sepsis, pierden la capacidad de volver a tener hijos, todo porque los médicos temen ir a la cárcel por tratar a sus pacientes. Como presidenta, nunca permitirá que una prohibición nacional del aborto se convierta en ley. Y cuando el Congreso apruebe un proyecto de ley para restaurar la libertad reproductiva en todo el país, ella lo firmará.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz saben que muchas libertades fundamentales están en juego en estas elecciones. Lucharán para garantizar que los estadounidenses tengan la oportunidad de participar en nuestra democracia aprobando las Leyes de Derechos Electorales John Lewis y Libertad para Votar, leyes que consagrarán las protecciones del derecho al voto, ampliarán el voto por correo y la votación anticipada, y más. Su Administración también continuará protegiendo a los estadounidenses de la discriminación, continuando su trabajo para asegurar $2 mil millones en fondos para las Oficinas de Derechos Civiles en todo el gobierno federal. Y como presidenta, siempre defenderá la libertad de amar a quien se ama abiertamente y con orgullo. En 2004, ofició algunos de los primeros matrimonios entre personas del mismo sexo del país y, como fiscal general, se negó a defender el referéndum estatal contra el matrimonio igualitario de California. Como presidenta, luchará para aprobar la Ley de Igualdad para consagrar las protecciones contra la discriminación para los estadounidenses LGBTQI+ en la atención médica, la vivienda, la educación y más.
Donald Trump es una amenaza para nuestros derechos y libertades fundamentales. Alardea de que es “orgullosamente” responsable de elegir a dedo a los jueces de la Corte Suprema que revocaron Roe, desencadenando las prohibiciones del aborto de Trump en estados de todo el país, poniendo en riesgo la vida de las mujeres y amenazando a los médicos y otros proveedores de salud con penas de cárcel. Dijo que debería haber un “castigo” para las mujeres que abortan y calificó las prohibiciones del aborto como “algo hermoso que ver”. Si es elegido, Trump prohibirá el aborto en todo el país, restringirá el acceso al control de la natalidad, obligará a los estados a informar sobre los abortos espontáneos y los abortos de las mujeres, y pondrá en peligro el acceso a la FIV.
Trump y sus aliados continúan demonizando y atacando a las personas y familias LGBTQI+. Su agenda del Proyecto 2025 eliminará las regulaciones federales que protegen a los estadounidenses LGBTQI+ de la discriminación. Y Trump está atacando directamente los cimientos de nuestra democracia: el derecho al voto. Sus afirmaciones infundadas de una elección robada en 2020 inspiraron a los estados a recortar las protecciones de los votantes y purgar sus listas de electores.
Como fiscal, fiscal de distrito y fiscal general, Kamala Harris ha luchado para garantizar que todas las personas tengan derecho a la seguridad, a la dignidad y a la justicia. Todos deberían tener la libertad de vivir en comunidades seguras. Es por eso que la vicepresidenta Harris está luchando para mantener a nuestras comunidades a salvo de la violencia con armas de fuego y el crimen, asegurar nuestras fronteras y arreglar nuestro sistema de inmigración fallido, abordar la crisis de opioides y fentanilo y garantizar que nadie esté por encima de la ley, incluido el presidente.
Como fiscal, la vicepresidenta Harris luchó contra los delitos violentos sacando las armas ilegales y a los delincuentes violentos de las calles de California. Durante su desempeño como fiscal de distrito, aumentó las tasas de condenas para delincuentes violentos, incluyendo a pandilleros, delincuentes con armas de fuego y abusadores domésticos. Como fiscal general, la vicepresidenta Harris se basó en este historial, retirando más de 12.000 armas ilegales de las calles de California y enjuiciando a algunas de las organizaciones criminales transnacionales más duras del mundo.
En la Casa Blanca, la vicepresidenta Harris ayudó a realizar la mayor inversión en seguridad pública de la historia, invirtiendo $15 mil millones en apoyar los programas locales de aplicación de la ley y seguridad comunitaria en 1.000 ciudades, pueblos y condados. El presidente Biden y la vicepresidenta Harris alentaron la cooperación bipartidista para aprobar la primera ley importante de seguridad de armas en casi 30 años, que incluyó fondos récord para contratar y capacitar a más de 14.000 profesionales de la salud mental para nuestras escuelas. Como jefa de la primera Oficina de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego de la Casa Blanca, encabezó políticas para expandir las verificaciones de antecedentes y cerrar el vacío legal en las ferias de ventas de armas. Bajo su liderazgo y el del presidente Biden, los delitos violentos se encuentran en su nivel más bajo en 50 años, con el mayor descenso en los asesinatos en un solo año de la historia.
Como presidenta, no dejará de luchar para que los estadounidenses tengan la libertad de vivir a salvo de la violencia con armas de fuego en nuestras escuelas, comunidades y lugares de reunión religiosa. Prohibirá las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, exigirá verificaciones universales de antecedentes y apoyará las leyes de bandera roja que mantienen las armas fuera del alcance de personas peligrosas. También continuará invirtiendo en la financiación de las fuerzas del orden, incluida la contratación y capacitación de oficiales y personas para apoyarlos, y continuará los programas comprobados de prevención de la violencia con armas de fuego que han ayudado a reducir los delitos violentos en todo el país.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz creen en soluciones estrictas e inteligentes para asegurar la frontera, mantener seguras a las comunidades y reformar nuestro sistema de inmigración que no funciona. Como fiscal general de California, la vicepresidenta Harris persiguió a las bandas internacionales de narcotraficantes, traficantes de personas y cárteles que contrabandeaban armas, drogas y seres humanos a través de la frontera entre Estados Unidos y México. Como vicepresidenta, apoyó el Acuerdo Bipartidista de Seguridad Fronteriza, la reforma más estricta y justa en décadas. La legislación habría desplegado más tecnología de detección para interceptar fentanilo y otras drogas y habría agregado 1.500 agentes de seguridad fronteriza para asegurar nuestra frontera. Después de que Donald Trump bloqueó el acuerdo fronterizo para su beneficio político, ella y el presidente Biden tomaron medidas por su cuenta, y ahora los cruces fronterizos están en el nivel más bajo en 4 años, su administración está incautando cantidades récord de fentanilo y aseguró fondos para el aumento más significativo de agentes fronterizos en diez años. Como presidenta, retomará el Acuerdo Bipartidista de Seguridad Fronteriza y lo convertirá en ley. Al mismo tiempo, ella sabe que nuestro sistema de inmigración no funciona y necesita una reforma integral que incluya una fuerte seguridad fronteriza y un camino ganado hacia la ciudadanía.
La vicepresidenta Harris está comprometida a poner fin a la epidemia de opioides y abordar el flagelo del fentanilo. Ha visto de cerca el impacto devastador del fentanilo en las familias: se ha reunido y llorado con aquellos que han perdido a sus seres queridos por sobredosis de fentanilo. Como fiscal general, persiguió a narcotraficantes, incautando más de 10.000 kilos de cocaína y 12.000 libras de metanfetamina. En la Casa Blanca, ayudó a canalizar más de 150.000 millones de dólares para interrumpir el flujo de drogas ilícitas y otorgó miles de millones de dólares en inversiones a los estados para financiar programas que salvan vidas. Bajo la Administración Biden-Harris, la FDA hizo que el medicamento para revertir la sobredosis, naloxona, estuviera disponible sin receta. El año pasado, el número de muertes por sobredosis en Estados Unidos disminuyó por primera vez en cinco años. Como presidenta, firmará el Acuerdo Bipartidista de Seguridad Fronteriza que financiará la tecnología de detección para interceptar aún más drogas ilícitas y seguirá luchando para poner fin a la epidemia de opioides.
La vicepresidenta Harris cree que nadie está por encima de la ley. Luchará para garantizar que ningún expresidente tenga inmunidad por los delitos cometidos mientras estuvo en la Casa Blanca. También apoyará reformas de sentido común a la Corte Suprema, como exigir a los jueces que cumplan con las reglas de ética a las que están obligados otros jueces federales e imponer límites a los mandatos, para abordar la crisis de confianza que enfrenta la Corte Suprema.
Donald Trump es un criminal convicto que solo se preocupa por sí mismo. Lo ha demostrado una y otra vez, desde ceder ante los cabilderos (lobby) de las armas y no hacer nada para abordar la violencia con armas de fuego, hasta acabar con el Acuerdo Bipartidista de Seguridad Fronteriza que aseguraría nuestra frontera y mantendría a Estados Unidos seguro, solo para ayudarse a sí mismo políticamente. Si es elegido presidente, Trump implementará su agenda del Proyecto 2025 para consolidar el poder, poner el Departamento de Justicia y el FBI bajo su control directo para que pueda otorgarse a sí mismo un poder legal sin límite y perseguir a sus oponentes, y gobernar como un dictador desde el “primer día”. Trump no solo no logrará abordar la violencia en nuestras comunidades ni arreglar nuestro sistema de inmigración fallido, sino que nos hará menos seguros. Dice que debemos “superar” el dolor ante la violencia con armas de fuego y está presionando para que haya más armas en nuestras calles. Y quiere armar a los maestros en nuestras aulas. Avanzará en su cruel agenda de inmigración, que incluye separar a más niños de sus padres. Y se niega a comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones de 2024 si pierde por segunda vez.
La vicepresidenta Harris nunca vacilará en la defensa de la seguridad y los ideales de Estados Unidos. Como vicepresidenta, ha enfrentado amenazas a nuestra seguridad, ha negociado con líderes extranjeros, ha fortalecido nuestras alianzas y se ha comprometido con nuestras valientes tropas en el extranjero. Como comandante en jefe, se asegurará de que las fuerzas armadas de Estados Unidos sigan siendo la fuerza de combate más fuerte y letal del mundo, que desatemos el poder de la innovación estadounidense y ganemos la competencia en el siglo XXI, y que fortalezcamos, no abdiquemos, nuestro liderazgo global. Y la vicepresidenta Harris cumplirá con nuestra sagrada obligación de cuidar a nuestras tropas y sus familias, y siempre honrará su servicio y su sacrificio.
La vicepresidenta Harris está lista para ser comandante en jefe desde el primer día. Ha ayudado a restaurar el liderazgo estadounidense en el escenario mundial, ha fortalecido nuestra seguridad nacional a través de sus viajes a 21 países y reuniones con más de 150 líderes mundiales, ha defendido los valores y la democracia estadounidenses y ha promovido los intereses de Estados Unidos.
La vicepresidenta Harris ha sido una diplomática incansable y eficaz en el escenario mundial. Se ha reunido con Xi Jinping de China, dejando claro que siempre defenderá los intereses estadounidenses frente a las amenazas de China, y viajó al Indo-Pacífico cuatro veces para avanzar en nuestras alianzas económicas y de seguridad. Visitó la Zona Desmilitarizada de Corea para afirmar nuestro compromiso inquebrantable con Corea del Sur frente a las amenazas norcoreanas. Cinco días antes de que Rusia atacara a Ucrania, se reunió con el presidente Zelenskyy para advertirle sobre el plan de invasión de Rusia y ayudó a movilizar una respuesta global de más de 50 países para ayudar a Ucrania a defenderse de la brutal agresión de Vladimir Putin. Y ha trabajado con nuestros aliados para garantizar que la OTAN sea más fuerte que nunca.
La vicepresidenta Harris nunca dudará en tomar las medidas que sean necesarias para proteger a las fuerzas e intereses estadounidenses ante Irán y de los grupos terroristas respaldados por dicho país. La vicepresidenta Harris siempre defenderá el derecho de Israel a defenderse y siempre se asegurará de que tenga la capacidad de hacerlo. Ella y el presidente Biden están trabajando para poner fin a la guerra en Gaza, de modo que Israel esté seguro, los rehenes sean liberados, el sufrimiento en Gaza termine y el pueblo palestino pueda ejercer su derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad y la autodeterminación. Ella y el presidente Biden están trabajando día y noche para lograr un acuerdo para liberar a los rehenes y un acuerdo de cese el fuego.
Desde asesorar sobre decisiones difíciles en la Oficina Oval y la Sala de Situación, hasta servir en el Comité Selecto de Inteligencia del Senado, pasando por perseguir a organizaciones criminales transnacionales como fiscal general de California, la vicepresidenta Harris aporta una amplia experiencia en seguridad nacional, y no es de extrañar que más de 350 expertos en política exterior y seguridad nacional la hayan respaldado.
La vicepresidenta Harris se asegurará de que Estados Unidos, y no China, gane la competencia por el siglo XXI y que fortalezcamos, no abdiquemos, nuestro liderazgo global. Invertirá en las ventajas competitivas que hacen de Estados Unidos la nación más fuerte de la Tierra (trabajadores, innovación e industria estadounidenses) y trabajará para garantizar que Estados Unidos sigan siendo líder en las industrias del futuro, desde los semiconductores hasta la energía limpia y la inteligencia artificial. Se ha enfrentado a las prácticas económicas injustas de China para proteger a los trabajadores, las empresas y las familias estadounidenses. Y ha impulsado nuestra cooperación económica en todo el mundo, desde reunir a líderes internacionales en una cumbre de inteligencia artificial en el Reino Unido, hasta convocar a líderes empresariales de semiconductores en el este de Asia, pasando por estimular la inversión privada en toda África.
La vicepresidenta Harris y el gobernador Walz creen que tenemos la obligación sagrada de cuidar a los miembros de las fuerzas armadas, los veteranos, sus familias, cuidadores y sobrevivientes de nuestra nación. Estos estadounidenses representan a los más valientes entre nosotros, que han arriesgado sus vidas para defender la promesa de Estados Unidos, defender nuestros valores y proteger nuestras libertades fundamentales. La vicepresidenta Harris y el presidente Biden han logrado la expansión más significativa de beneficios y servicios para los veteranos expuestos a pozos de quema, Agente Naranja y otras sustancias tóxicas en más de 30 años. Hijo de un veterano del Ejército que se desempeñó como sargento mayor del comando, el gobernador Walz fue el demócrata de mayor rango en el Comité de Asuntos de Veteranos de la Cámara de Representantes, donde aprobó legislación para ayudar a detener los suicidios de veteranos.
Lucharán para acabar con la falta de vivienda de los veteranos, invirtiendo en salud mental y esfuerzos de prevención del suicidio, y eliminando las barreras al empleo y ampliando las oportunidades económicas para las familias de militares y veteranos. Una Administración Harris-Walz continuará asegurándose de que los miembros de las fuerzas armadas, los veteranos y sus familias reciban los beneficios que se han ganado.
A alguien tan peligroso como Donald Trump no se le debería permitir nunca más servir como comandante en jefe. En el cargo, se acercó a dictadores y dio la espalda a nuestros aliados. Socavó la ventaja competitiva de Estados Unidos, alardeando de que ni una sola fábrica estadounidense cerraría bajo su supervisión, y luego no hizo nada cuando las fábricas cerraron. Ha dicho que dejaría que Rusia “haga lo que le dé la gana” a nuestros aliados de la OTAN. Y llama “tontos” y “perdedores” a los soldados que dieron sus vidas en defensa de la democracia estadounidense. Altos generales militares estadounidenses y funcionarios de seguridad nacional, incluidos aquellos que trabajaron para Trump, han advertido que él es “peligroso” e “incapaz” de liderar, y ahora está rodeado de ultra leales que permiten sus peores impulsos.
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